Bulos y un torrente de reacciones se acumulan a raíz de la multimillonaria compra de WhatsApp por parte de Facebook. La compañía desarrolladora de la popular aplicación de mensajería instantánea insiste, vuelve a insistir y trata de maniobrar su estrategia de contención asegurando que, pese a todo, nada va a cambiar en la empresa a pesar de pasar ahora a formar parte de la mayor red social del planeta, que cuenta con 1.300 millones de usuarios registrados.
Esta compra sigue dando de qué hablar y las voces que defienden la privacidad en internet se levantan en armas solicitando más información al respecto de este movimiento en teoría empresarial pero que, girando hacia otra perspectiva, podría acabar en que gran parte de las comunicaciones «online» queden registradas en los servidores de una única compañía.
No cambiará nada, el respeto a la privacidad está «en el ADN» de WhatsApp, compañía que quiere dejar las cosas claras: ni conoce los datos personales de sus usuarios, ni sus cumpleaños, direcciones, correos electrónicos. Jan Koumse expresaba en esos términos en el blog corporativo con el objeto de acallar los rumores, pero queda disipar muchas dudas: ¿cómo se rentabilizará la operación? ¿Qué estrategia llevarán a cabo? ¿Mandará algún día WhatsApp un formulario solicitando al usuario petición expresa sobre si desea aceptar unos nuevos términos de uso?
Las dudas asaltan a este nuevo escenario tecnológico. El problema, dicen algunos expertos, es que Facebook es la empresa grande que se come al pez pequeño y no siempre es el chico quien se impone a la ballena. «Facebook tiene una perspectiva diferente de privacidad que WhatsApp. Todo lo que publicas pertenece a Facebook», señala a este diario Cristina Sirera, asesora jurídica CIPPE/E y experta en privacidad y protección de datos, quien se pregunta qué pasará a partir de ahora con los datos. «Yo, entonces, tenía una cierta seguridad en mis datos y ahora me asaltan dudas».
Sobre un caso hipotético, esta experta vaticina que, paulatinamente, la estrategia de Facebook sobre el manejo y recogida de datos acabará por imponerse. «Salvo que WhatsApp tenga una estrategia clara y determinada, poco a poco Facebook irá extendiendo su idea de privacidad. Es posible que se mantenga así durante una serie de años y, a partir de un determinado tiempo, la cosa cambie». En ese sentido, agrega que Facebook, como empresa cotizada, «no se puede permitirse actuaciones locas y tiene que tener una estrategia que asegure el valor de sus acciones en el mercado».
El tratamiento que hacen ambas compañías de los datos de los usuarios ha sido cuestionado globalmente, teniendo en cuenta la conservación de datos, el uso en determinados casos de recursos como la geolocalización o por la venta de estos datos a empresas anunciantes. Como respuesta a estos escándalos, Facebook por ejemplo ha introducido herramientas que han permitido a sus usuarios modular el uso que se hace de sus datos a través de su plataforma.