Con más de 110 kilómetros de galerías topografiadas, el complejo kárstico de Ojo Guareña, al norte de la provincia de Burgos, es el de mayor desarrollo de la Península Ibérica y uno de los mayores del mundo. Declarado Bien de Interés Cultural, acaba de ampliar la zona visitable a Cueva Palomera, con 2.492 metros que muestran algunas de las maravillas que, hasta ahora, solo habían podido disfrutar espeleólogos profesionales.
La Cueva Palomera completa la parte visitable de Ojo Guareña que tiene una de sus imágenes más populares en la entrada por la Ermita y Cueva de San Bernabé donde está documentada la presencia humana desde época prehistórica hasta la actualidad. Todo el conjunto ofrece al visitante una oportunidad única en España para sumergirse en las profundidades de la tierra y descubrir la magia de las formas creadas por el agua y el paso del tiempo sobre la roca, los restos de la fauna que habitó aquel espacio en la prehistoria y las huellas que dejaron los primeros hombres que por allí pasaron.
El grupo espeleológico Edelweiss ha topografiado hasta seis pisos de profundidad en Ojo Guareña y Cueva Palomera se encuentra en el cuarto. El acceso se realiza por la Rampa de Palomera donde ya se pueden ver restos de fauna acuática. Desde allí, se pasa por la Sala Edelweiss y la Galería Principal hasta llegar a la conocida como Sima de las Dolencias, destacada por sus valores geomorfológicos.
La zona habilitada continúa por la Galería del Teléfono hasta llegar a la Sala del Cacique y se conecta con el denominado «Museo de Cera», donde el atractivo geológico de la cueva se completa con elementos de interés arqueológico como trazos impresos y algunos tizonados en la bóveda.
Único, valioso y frágil
Tras haber realizado una investigación de la fauna cavernícola de la cueva, un análisis de viabilidad y el control de los parámetros ambientales antes y después del acondicionamiento turístico, se han diseñado dos itinerarios, uno de 1,5 km y otro de 2,5 km que hacen compatible el turismo con la conservación de este valioso espacio.
En este sentido, la Fundación Patrimonio Natural y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) realizarán un seguimiento de Cueva Palomera para establecer la infraestructura de control ambiental básica que permita, en un futuro próximo, alcanzar condiciones técnicas necesarias para evaluar la posible alteración ambiental derivada de la influencia de las visitas turísticas.
De hecho, el proyecto es reversible, respetuoso con el medio natural y debajo impacto, y su explotación turística pretende no solo ofrecer unaexperiencia única bajo tierra sino promover la sensibilización colectiva sobre la necesidad de conservación de un medio subterráneo único, valioso y frágil.
Los guías explican a los visitantes los valores geomorfológicos, hidrológicos, arqueológicos y biológicos de la cavidad para poder apreciar los aspectos de las formaciones kársticas así como la microfauna que la habita. La ruta espeleológica se completa con la visita a la Casa del Parque de Quintanilla del Rebollar.