5.24.2014

Las moscas piensan antes de actuar

Las moscas, a la hora de tomar una decisión importante, se toman su tiempo en recopilar y analizar la información. Al igual que los seres humanos, así es como tratan de dar con la opción correcta para no equivocarse.
Este nuevo descubrimiento, publicado en la revista Science, demostraría que estos pequeños insectos (Drosophila) también poseen un cierto grado de inteligencia. Una facultad que ha sido hallada, además de en el ser humano, en algunos primates e incluso en algunas ratas y ratones, pero nunca antes en seres con cerebros tan pequeños como las moscas.
«Esta es la evidencia más clara, hasta ahora, de un proceso cognitivo que se ejecuta en un cerebro muy simple», explica el profesor Gero Miesenböck , cuyo equipo realizó la investigación en la Universidad del Centro de Circuitos Neurales y de Comportamiento (CNCB) de la Universidad de Oxford (Reino Unido). Estas investigaciones no sólo ayudarán a conocer mejor a estos insectos, sino que también pueden contribuir a comprender mejor los procesos de aprendizaje en los seres humanos.
Para demostrar esta peculiar característica, los investigadores del centro «entrenaron» a las pequeñas moscas dentro de cajas cuyos lados tenían unos conductos de aire. Por un lado se esparcían olores fuertes y por el otro lado un aire menos concentrado.
En el momento en el que ambos olores se esparcieron por el ambiente y llegaron a las moscas, las neuronas implicadas en el proceso -participan hasta 200- se activaron rápidamente y, al poco tiempo, estos pequeños insectos decidieron que el olor más débil era el menos peligroso para ellas. Por ello, se posaron en los conductos de aire correctos. Este hecho demostró que cuando los olores eran fáciles de distinguir tomaban decisiones rápidas y contundentes.
Sin embargo, a medida que las diferencias entre los olores iban disminuyendo y más se parecían entre ellos, las moscas tardaban más tiempo en decidirse por uno u otro olor. De hecho, empleaban más tiempo en reflexionar para no equivocarse aunque a veces elegían al azar «si la diferencia era de tan solo un 10%», señala el estudio.