¿Qué es más eficiente energéticamente? ¿Un camión de 30 toneladas o un coche? ¿Un Jumbo 747 o una avioneta? ¿Una ballena o un atún?
Un grupo de investigadores la Universidad de Northwestern (Chicago, Estados Unidos) ha creado una forma de responder a estas preguntas. Y lo ha hecho a través de un nuevo coeficiente de consumo de energía que permite comparar la eficiencia energética de máquinas o animales con independencia de su tamaño.
«Nuestro estudio se centra en cómo cambia el flujo de energía con el tamaño o la masa», ha dicho Neelesh Patankar, el director de la investigación que será publicada en PNAS esta semana. Según ha comentado en una nota emitida por la universidad, el nuevo coeficiente tiene interés en el campo de los transportes, ya sean coches, barcos o aviones, porque permite averiguar el punto «donde un animal o vehículo funcionará más eficientemente».
El atún es tan eficiente como la ballena
Aunque el atún es un nadador rápido y nervioso que puede alcanzar los 70 kilómetros por hora, y las ballenas son moles que pueden desplazar más de 150 toneladas de agua con sus lentos movimientos, el equipo de Patankar ha llegado a una conclusión que al principio es difícil de creer:el atún y la ballena son prácticamente igual de eficientes.
Explican que aunque el consumo de energía de la ballena sea tremendamente superior debido a su descomunal peso -una ballena puede llegar a pesar 180 toneladas mientras que el atún rojo, por ejemplo, está entre los 400 y los 900 kilogramos-, «las eficiencias de los motores (musculares) de la ballena y el atún son similares».
Y si se puede comparar la eficiencia de animales tan dispares, sostienen que el coeficiente de uso de energía que han creado «puede ser extremadamente útil para diseñar vehículos subacuáticos y que sean tan eficientes y ágiles como un auténtico pez», y que incluso podría servir para comparar el consumo de los coches.
Datos procedentes de miles de especies
Los investigadores han utilizado datos de consumo de energía de miles de especies tanto en el medio acuático como en el aire. Así, han recopilado información de peces, enormes mamíferos marinos, insectos y aves. Finalmente, han conseguido que el nuevo coeficiente explique con éxito «el consumo de energía en función de la masa», aunque la masa varíe «casi un trillón de veces desde el animal más pequeño al más grande».