Un manuscrito que ha pasado desapercibido durante décadas demuestra que Albert Einstein se planteó en 1931 una teoría alternativa al Big Bang, la gran explosión que dio origen al Universo, casi 20 años antes de que fuera defendida por primera vez ante la comunidad científica. Según el equipo del físico Cormac O'Raifeartaigh, del Instituto de Tecnología de Waterford en Irlanda, el texto propone que el Cosmos se expande de manera constante y eterna, lo que revela que el genial alemán, al menos durante un instante, tuvo en su mente el precedente de un modelo cósmico estacionario.
La teoría del Big Bang dice que el Universo nació hace 13.800 millones de años de una «singularidad» infinitamente pequeña que se expandió violenta y rápidamente en un proceso conocido como inflación. La idea se reforzó cuando en los años 20 los astrónomos descubrieron que las galaxias distantes se están alejando y que el espacio se expande.
A finales de los 40, los astrofísicos Fred Hoyle, Herman Bondi y Thomas Gold propusieron una teoría del estado estacionario. Según esto, el Universo es infinito, no cambia, no tiene ni principio ni final y las estrellas, planetas y galaxias continúan formándose a partir de la creación espontánea de materia. Más tarde, nuevas observaciones realizadas con telescopios y el descubrimiento casual logrado en 1964 por los físicos Arno Penzias y Robert Wilson de la radiación del fondo cósmico de microondas, el resplandor de ese gran estallido original, harían que el modelo fuera descartado por la mayor parte de la comunidad científica.
Pero el documento recién descubierto demuestra que Einstein ya había descrito la misma idea 20 años antes, posiblemente durante un viaje a California. El texto puede ser consultado en los Archivos de Albert Einstein en Jerusalén e incluso se puede ver online, pero había sido clasificado como el borrador de otro documento. Cormac O'Raifeartaigh y sus colegas creen que no se trata de un borrador, sino de una primera hipótesis sobre el estado estacionario. Los autores han publicado su propuesta en el contenedor para prepublicaciones de Arxiv.org y han presentado su trabajo a la revista European Physical Journal.
Tachado en otro color
«Este hallazgo confirma que Hoyle no fue un loco», dice el coautor del estudio, Simon Mitton, un historiador de la ciencia en la Universidad de Cambridge (Reino Unido), a la web de la revista Nature. «Si Hoyle lo hubiera conocido (el texto de Einstein), sin duda lo habría utilizado para rebatir a sus oponentes», dice O'Raifeartaigh.
O'Raifeartaigh y su equipo creen que Einstein se arrepintió pronto de su teoría. Por lo visto, se dio cuenta de que había cometido un error en sus cálculos, lo corrigió (tachó un número con un bolígrafo de un color diferente) y probablemente, según los investigadores, decidió que la idea no iba a funcionar y la dejó a un lado. Ningún otro documento de Einstein recoge los mismos cálculos.
Sin embargo, los autores creen que el hecho de que Einstein experimentara con el concepto del estado estacionario demuestra su persistente resistencia a la idea del Big Bang, a pesar de que otros teóricos han demostrado que es una consecuencia natural de su teoría general de relatividad.